Disminución de la cosecha de alubia por las altas temperaturas

La alubia es una planta anual, de vegetación rápida, con un sistema radicular poco profundo, raíz principal y raíces secundarias muy ramificadas.

Son plantas muy sensibles que necesitan una temperatura óptima tanto en el suelo como en el ambiente, un suelo aireado y húmedo. La temperatura óptima de germinación se sitúa en los 25 ºC y la mínima en torno a los 10 ºC. Las temperaturas diurnas deben ser de 20ºC a 28ºC y las nocturnas alrededor de los 18ºC, situándose la temperatura crítica en 35ºC.

Por debajo de los 5ºC el desarrollo se paraliza, pudiendo llegar a morir, mientras que la temperatura óptima de polinización está entre 15ºC y 20ºC.

En la siguiente tabla se pueden ver las temperaturas óptimas para las alubias:

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La flor es el órgano más débil de la planta y cualquier deficiencia que ésta sufra la va a  manifestar cayéndose. Los factores causantes pueden ser:

  • Cambios bruscos de temperatura
  • Crecimiento vegetativo excesivo
  • Bajada de la humedad relativa
  • Estrés hídrico en el momento de la floración, exceso de temperatura
  • En los cultivares desprotegidos son muy dañinos los vientos, que suelen asolar en los días de tormentas frecuentes en la época de floración.

Cuando la temperatura está por encima de los 30ºC aparecen deformaciones en las vainas y se produce el aborto de las flores.

La alubia es muy exigente en riegos, tanto en lo que se refiere a frecuencia, volumen y momento oportuno (que dependen del estado fenológico de la planta) como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua de riego,…)

Después de la siembra el primer riego sólo debe darse después de la nascencia de las plantas.

En los primeros estados de desarrollo conviene mantener el suelo con poca humedad, sin embargo las necesidades de agua son muy elevadas antes y después de la floración. El sistema de riego idóneo sería la aspersión, pero siempre tratando de evitar encharcamientos.

Un exceso de humedad puede provocar clorosis y pérdida de la cosecha, especialmente en suelos pesados. Si el aporte hídrico es desequilibrado la calidad de los frutos disminuye.

Un riego excesivo puede dañar el cultivo y puede ser atacado por hongos del cuello quedando la planta de color pajizo, gruesa y de poca altura.

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Las altas temperaturas que hemos tenido esta campaña 2015, ha provocado que las semillas germinen dentro de la vaina, quedando las mismas oscuras y de mala calidad, y dando lugar a vainas con coloraciones marrones, disminuyendo la calidad del fruto.

Además también ha sido necesario en muchas regiones adelantar la cosecha de la alubia para no perder toda la producción debido a las elevadas temperaturas que se han mantenido durante muchos días seguidos.

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El Teff o Trigo etíope

Teff (Eragrostistef) es una planta herbácea anual de la familia de las  gramíneas, de semilla comestible, su grano es el más pequeño de los cereales (aproximadamente 0,6-1mm de diámetro y 1-1,6 mm de longitud), 150 granos equivalen a un grano de trigo y es de color beige. Se cultiva principalmente en Etiopía, India y Australia.

En la actualidad se está implantando en campos de Castilla y León que previamente de forma experimental ha germinado dos temporadas en terrenos propiedad de las distintas Diputaciones de Castilla y León.

El Teff es un cereal que no tiene gluten, por lo que abre enormes posibilidades al mercado de los celíacos, es rico en minerales y carbohidratos que proporcionan una energía inmediata y duradera, que además no engorda. Contiene proteínas beneficiosas para reconstituir la masa muscular. Es un ingrediente maravilloso para la alimentación de bebés, porque contiene muchos  elementos esenciales y valiosos para su crecimiento, no contiene proteínas que un bebé no puede tomar o digerir (por ejemplo gluten) y contiene minerales y oligoelementos esenciales, en una forma fácilmente digerible para un bebé, además tiene la mejor composición de proteínas existentes y fibras naturales para la construcción del sistema inmunológico de un bebé.

Si a esto unimos que «hay una gran demanda» y a que hoy en día en el mercado mundial «el límite es la producción y no la demanda de este producto», demostrándose que cada año hay que duplicar la producción porque se duplica el consumo, y que el agricultor puede llegar a recibir un euro por cada kilo de teff ecológico cosechado, hace de este cereal una interesante alternativa a los cereales más comunes.

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El Teff se siembra en período de calor (también después de otro cultivo), normalmente se realiza en mayo, siempre y cuando la temperatura del terreno sea de al menos 15ºC. El terreno es imprescindible que este bien acondicionado y necesita agua en superficie para nacer y después una humedad continúa para granar bien.

La cosecha del grano del Teff  se calcula actualmente entre 1.400 y 2.000 kg por hectárea.

A parte de las ventajas alimentarias del teff, este tiene ventajas adicionales sobre otros cereales:

  • El teff pide menos abono que un cereal como cebada o trigo, aproximadamente una tercera parte.
  • Es de ciclo corto (menos de 3 meses), aproximadamente 45 días desde la nascencia consigue el espigado, por lo que es posible la realización de dos cosechas.
  • Produce unos 3000 kg de paja muy apreciada por los ganaderos.
  • Deja una cobertura verde durante todo el verano y otoño (antierosión y evaporación).
  • Después de nacer y radicular bien, el teff, se defiende contra las hierbas competitivas y deja la parcela más limpia para la cosecha siguiente.

Tecnología en agricultura

De toda el agua que existe en el mundo, solo el 3% es agua dulce, y de esta la agricultura consume cerca del 70%. Si analizamos un poco más en profundidad la situación actual de la agricultura debemos tener en cuenta:

  • La influencia del cambio climático, que modifica el régimen de lluvias, y dependiendo del lugar se aumentan las precipitaciones o se disminuyen
  • La presión que ejerce la creciente población mundial

Partiendo de estas dos premisas, se hace necesario buscar nuevos métodos y técnicas para disminuir el consumo de agua de la agricultura, pero manteniendo o aumentando la producción por hectárea, y obteniendo productos que logren satisfacer la demanda en cuanto a calidad que el consumidor le ha impuesto al mercado.

En el futuro, el 80% de la producción procederá de la intensificación, que se basará en:

  • mayor rendimiento
  • aumento de cultivos múltiples
  • periodos de barbecho más cortos.

La tecnología tendría aquí un papel fundamental para mejorar la producción y seguridad alimentaria.  Para mejorar la eficiencia en la agricultura intensiva en zonas áridas, se han desarrollado en los  cultivos sistemas de riego controlados por ordenadores y programas de seguimiento remoto en tiempo real. Se monitoriza cada parámetro y se controlan temperatura, humedad, pH del agua,…..

La modernización de las técnicas agrícolas es básica y tanto los países en desarrollo como los más desarrollados deberían apostar por esta vía para resolver situaciones adversas, sobre todo la escasez de precipitaciones. Algunas innovaciones técnicas serían:

  • Aspersores de baja presión y control automático
  • Utilización de programadores de riego para un uso más eficiente de los recursos hídricos
  • Sistemas de riego enterrado
  • Sistemas de goteo por gravedad para evitar el uso de bombas

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La biotecnología también puede ayudar a disminuir el uso de plaguicidas si se consiguen variedades de cultivos resistentes a insectos dañinos. Existen en el mercado semillas capaces de crecer en condiciones realmente adversas, tanto climáticas como de invasión de insectos.

La intensificación de la agricultura está causando pérdida de biodiversidad, mucho más acusada en los países desarrollados, y cada vez más importante debido a las técnicas de cultivo que se están utilizando. Para evitar esta pérdida sería interesante incluir las nuevas tecnologías de cultivo y regadío en la agricultura.