El cultivo de la achicoria

Propiedades de la achicoria

La achicoria es una planta muy beneficiosa para la salud: es depurativa, con propiedades diuréticas, laxantes, revitalizantes y tónicas. Rica en vitaminas como A, B1, B2, B3y C y minerales como: calcio, hierro, fósforo, potasio y sodio. Además de propiedades medicinales.

Se consume principalmente en ensaladas. La variedad más utilizada en la cocina española es la achicoria de hoja o Cichorium intybus foliosum. También hay otras variedades que se utilizan para aprovechamiento de sus raíces como las de Cichorium intybus L. var sativus que son las achicorias del café. Las hojas y raíces sirven también para forraje.

La siembra

La achicoria de hoja es una hortaliza que se obtiene por semillas. La siembra se puede realizar durante todo el año y se puede sembrar en surcos o a voleo. Se realiza al aire libre en climas templados y en climas fríos debe utilizarse invernadero. La temperatura mínima de crecimiento es de 8 ºC, aunque su desarrollo óptimo se da con temperaturas de 18-20 ºC.

La siembra se realiza entre marzo y junio y para obtener las mejores propiedades de la achicoria en parcelas con buena exposición solar, aunque puede tolerar bien las zonas de sombra. Es una planta resistente al viento, a temperaturas bajas y a la sequía.

Necesidades de riego de la achicoria

La achicoria no tiene demasiadas exigencias en cuanto al riego, no requiere riegos excesivos y se conforma con que el suelo se mantenga ligeramente fresco. Se aconseja regar durante el crecimiento y mantener el suelo siempre húmedo, pero no en exceso. Es oportuno regar en épocas muy secas con cuidado de no encharcar la tierra.

El riego por goteo sería idóneo para evitar que se mojen las hojas y que se pudran sobre todo en los casos en los que las hojas están atadas para que se blanqueen.

La poda

La poda es interesante cuando se cultiva para aprovechar la raíz. Se podarían las hojas de modo regular.

La cosecha

La cosecha se realiza generalmente después de unas 8 o 10 semanas de haber sembrado. La parte más utilizada son las hojas, pero se puede recoger la planta completa. Las hojas se cortan cuando alcanzan 8 ó 10 cm de altura y la planta vuelve a producir hojas nuevas. Las hojas se secarán a la sombra y se guardarán en un lugar seco. El mejor momento para recoger las hojas es en verano mientras que las raíces pueden recogerse en primavera o en verano.

Enfermedades y plagas

Las principales enfermedades, causadas por hongos y que afectan a las hojas son: El mildiu de la lechuga, las esclerotinias y Roya de la achicoria.

Las principales plagas que pueden afectar a la achicoria son: los pulgones, lepidópteros, escarabajos, babosas y gusanos de alambre.

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El nitrógeno en el suelo

El nitrógeno junto al potasio y fósforo es uno de los nutrientes claves en la nutrición mineral. Es el nutriente que más limita las cosechas y por ello el que más se fertiliza.

Los beneficios del nitrógeno en los cultivos se aprecian a simple vista ya que aporta mayor desarrollo en la parte herbácea y un intenso color verde en sus hojas, lo que indica que la planta tiene una vida vegetativa muy activa y se refleja favorablemente en las cosechas.

Las plantas y microorganismos absorben nitrógeno como nitrato (NO3) o amonio (NH4).

Estados del nitrógeno en el suelo

El nitrógeno en el suelo se encuentra en diferentes formas: amonio (NH4+), nitrito (NO2 -), nitrato (NO3-), óxido nitroso (N2O), óxido nítrico (NO) y nitrógeno elemental (N2), el cuál es inerte excepto para aquellos microorganismos fijadores de nitrógeno. Para que pueda ser utilizado y esté disponible para las plantas tiene que estar en forma inorgánica, mineralizado. Las formas inorgánicas de nitrógeno se producen a partir de la descomposición de la materia orgánica del suelo o de la adición de fertilizantes nitrogenados. Esto es muy importante desde el punto de vista de fertilidad del suelo ya que estas tres formas asimilables (NH4+, NO2-, y NO3-) suponen tan solo entre 2 y 5% del nitrógeno total del suelo. Las bacterias que viven en el suelo son las encargadas de la fijación nitrógeno.

¿Cuáles son los efectos de una deficiencia de nitrógeno en las plantas?

Las plantas con carencias de Nitrógeno presentan los siguientes síntomas:

  • Menor tamaño de lo normal.
  • Clorosis en las hojas adultas.
  • Algunas plantas como el maíz muestran una coloración purpúrea causada por la acumulación de pigmentos antocianos.
  • Mayor concentración de azúcares.
  • Menor crecimiento foliar frente al desarrollo radicular.
  • Disminución de tamaño celular.
  • Disminución de síntesis de proteínas.
  • La floración queda muy restringida con notable reflejo en la fructificación.
  • Las enfermedades, heladas y granizadas producen mayores efectos.
  • El crecimiento se hace lento e incluso puede paralizarse.
  • Se adelanta la floración y la maduración.

Es importante adecuar los niveles de nitrógeno en el suelo porque un exceso del mismo también resulta perjudicial para el cultivo.

Efectos de un exceso de nitrógeno en las plantas

  • Exceso de hojas con un rendimiento pobre en frutos.
  • Desarrollo radicular mínimo frente al desarrollo foliar.
  • Retraso en la floración y formación de semillas.

Consideraciones a tener en cuenta en el momento de aplicar nitrógeno:

Por eso hay que dedicar especial atención a la aplicación de este elemento tan importante y tener en cuenta que:

  • las formas nítricas se mueven muy rápido y podrían lixiviarse.
  • las formas amonicales se quedan retenidas y el riesgo de pérdida es menor pero han de pasar a forma nítrica para ser absorbida por la planta.

Los fertilizantes más utilizados de nitrógeno son: la urea, el nitrato amónico y sulfato amónico.

La abeja robot (dron polinizador)

Científicos de la Universidad Politécnica de Varsovia han creado la primera abeja robótica diseñada para polinizar artificialmente, un dron miniaturizado que es capaz de encontrar una flor, recoger su polen, y transferirlo cuidadosamente de la flor masculina a la femenina para fertilizarla.

El invento es especialmente significativo pues es una “esperanza alternativa” si se tiene en cuenta que la mortalidad de las abejas polinizadoras, de las que depende la mayoría de los cultivos, aumenta cada año de manera alarmante.

Este insecto robótico ya ha sido probado con éxito en el campo y su capacidad de polinizar se ofrece como una “esperanzadora alternativa” para hacer frente a la reducción constante de la población mundial de abejas.

Han creado 2 tipos de drones polinizador, uno volador y otro terrestre, ambos armados con una especie de plumero que impregnan del polen que reparten luego entre otras flores.

B-Droid terrestre

El B-Droid terrestre tiene más autonomía de trabajo y su batería es más duradera, “así que el agricultor puede retirarse tranquilamente a casa y dejar al dron trabajando hasta que regrese de manera autónoma a su fuente de energía”. Su inventor afirma que estos robots pueden también utilizarse para una “agricultura de precisión” como “dosificadores inteligentes” de fertilizantes, abonos o pesticidas. Añaden que se les puede programar para que depositen determinadas cantidades dependiendo del tipo de planta o de la ubicación.

El dispositivo es un robot sobre ruedas que lleva una computadora con el software necesario. Esto le permite realizar sus tareas de forma completamente autónoma. El robot observa el terreno usando cámaras y comprueba las imágenes capturadas por la presencia de flores en las inmediaciones. Además, al analizar las imágenes de las cámaras puede crear un mapa del terreno y determinar su propia ubicación. Entonces, si el robot «ve» una flor, establece su ubicación y prepara los datos necesarios para llegar a la flor con un cepillo para mover el polen, recoger el polen y moverlo a la siguiente flor que se detecta.

B-Droid volador

El B-Droid que vuela es simplemente un quadcopter, cuya computadora (software) permanece en la tierra. Todas las operaciones son supervisadas por un ordenador externo, pero la electrónica de a bordo permite el análisis y la transferencia de datos, entre otras cosas. Las imágenes de las cámaras son utilizadas por la computadora para planear su ruta a las flores. Una vez que determina su ubicación, así como la suya propia, se traza una trayectoria de vuelo.

Sin embargo, el dispositivo volador es mucho más desafiante en términos de navegación y consume más energía al mismo tiempo. La batería de a bordo sólo permite un par de minutos de vuelo, mientras que la versión rodante del B-Droid gestiona más de 2 horas.

Aunque un dispositivo artificial nunca será lo mismo que un ser vivo, al menos, se podría suplir el gran trabajo polinizador que realizan estos insectos. Por ello, están diseñando un enjambre de abejas robot.

Fuente

Daños del jabalí en cosechas de maíz

Tras finalizar la temporada de recogida del maíz, los agricultores empiezan a valorar cuantitativamente los daños que los jabalíes han producido en las explotaciones de maíz. Aunque no es correcto todavía hablar de plaga, la presencia de estos animales es cada vez mayor.

De media, los daños rondan el 15%. Los maizales, siempre húmedos, con agua en abundancia y con el alimento necesario para el óptimo desarrollo de esta especie cinegética, son el hábitat idóneo. De hecho, hay crías que pueden pasar sin salir de una explotación concreta desde la siembra hasta la cosecha. Los animales se van moviendo, de extensión en extensión, a medida que avanzan las cosechas desde junio hasta el final de la cosecha, causando las mayores pérdidas en las segundas cosechas de maíz.

Resolver esta situación se presenta complicado, la caza es la única herramienta existente para controlar la población de jabalíes. Por ello todos los cotos del territorio realizan batidas prácticamente cada semana desde que comenzó la temporada de caza de jabalí hasta la última semana de febrero. Para un futuro se prevén solicitar más acciones fuera de temporada, durante todo el año.

El impacto del jabalí en los cultivos de maíz siempre está marcado por la controversia y en la mayoría de los casos su gestión se reduce a un permiso de espera para así “tapar la boca” a los cazadores, o al pago de una indemnización por daños a los agricultores.
Generalmente, ninguna de las dos anteriores soluciones acaba con el problema, ya que en la mayoría de los casos las indemnizaciones no satisfacen a los afectados y tampoco se expiden de una manera acertada estos permisos de control de la especie mediante la caza.

En la prevención existen diferentes alternativas:

  • La gestión de las poblaciones mediante su aprovechamiento cinegético: estudiando la densidad de población, la distribución del jabalí en la zona donde se han producido los daños y teniendo en cuenta los aspectos anteriormente apuntados como son el comportamiento, el celo y la dieta de este.
  • La alimentación suplementaria:

tiene por objeto disuadir a los animales atrayendo su atención hacia puntos seleccionados. Estos puntos pueden ser comederos artificiales o siembras expresas para la alimentación del jabalí.

  • Los elementos barrera: donde se puede incluir los cerramientos con malla cinegética, los pastores eléctricos y los repelentes olfativos.

Como conclusión podemos apuntar que la prevención de daños no es algo imposible, el estudio de las poblaciones y la combinación de diversos métodos pueden evitar numerosos daños agrícolas y rebajar notablemente el importe de las indemnizaciones. Para ello es importante la colaboración y el trabajo conjunto de agricultores, gestores y cazadores. En la práctica, un método efectivo en un caso particular puede no ser válido bajo otras circunstancias. Por ello, es necesario realizar un minucioso estudio de las características del hábitat y valorar el problema detenidamente, para después organizar en el tiempo y en el espacio los métodos alternativos apuntados anteriormente.